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    2019-05-14

    En los últimos años se han multiplicado los procesos de resistencia adrenergic receptors proyectos mineros, de represas y de infraestructura que despojan de tierras o que tienen impactos ambientales severos. El surgimiento de nuevas coordinaciones intercomunitarias, como la Alianza Territorial Mapuche y otros actores mapuches, en especial comunidades como Temuicuicui y Wente Winkul Mapu, por mencionar algunas, han reorientado la lucha en defensa del territorio, sin llegar a los niveles de movilización que se vivieron en la fase encabezada por la cam. Surgida formalmente en 1998, la Coordinadora Arauco Malleco agrupó, en su momento, a integrantes de entre 30 y 50 comunidades mapuches. Sus antecedentes se remontan a la actividad de numerosos activistas mapuches y a liderazgos locales comunitarios (algunos lonkos y werken), quienes se aglutinaron en dicha agrupación representando en algunos casos a numerosas comunidades en conflicto por tierras ancestrales. El protagonismo de la Coordinadora en la fase de ascenso entre 1997 y 2003 es indiscutible, debido a dos dimensiones de esta organización dentro de la diversidad de expresiones del movimiento mapuche. La primera de ellas es la forma de movilización y acción colectiva que podemos denominar como un “movimiento mapuche de recuperación de tierras”, Si bien a finales de la década de los sesenta, en el gobierno de Salvador Allende surgió una fuerte oleada de recuperaciones agrarias impulsadas por organizaciones mapuches y estructuras partidarias de izquierda, que serían desarticuladas posteriormente por la dictadura, el resurgimiento de un movimiento de recuperación de tierras en la década de los noventa estuvo encabezado —aunque no de manera exclusiva— por la cam, con una clara identidad étnica que fue mucho más allá de demandas campesinistas o agraristas, identificándose con reivindicaciones etnonacionalitarias. Este movimiento impulsó una particular forma de acción al reivindicar cuatro ejes definidos de actuación: El “movimiento mapuche de recuperación de tierras” fue mucho más amplio, como hemos dicho, que la Coordinadora Arauco Malleco. Otras organizaciones supra e intercomunitarias como el Consejo de Todas las Tierras y la Identidad Territorial Lafkenche, además de numerosas comunidades que no participan en procesos de coordinación, utilizaron la recuperación de tierras como táctica de lucha. Sin embargo son las comunidades ligadas al proceso organizativo de la cam las que sostuvieron largos, intensos y polarizados conflictos en el tiempo frente a severe combined immunodeficiency (SCID) las forestales y son estos conflictos, en los cuales la acción colectiva mapuche combinó la coordinación intercomunitaria, la recuperación de tierras y su defensa, así como las acciones incendiarias contra la industria. Es por ello que estos procesos de conflictividad tuvieron mayor resonancia, visibilidad e importancia. De alrededor de cincuenta comunidades mapuches en conflicto, la mayoría de ellas, además de la disputa contra latifundistas, se enfrentaron a la concentración y explotación de la tierra y los bosques por Forestal Mininco, Volterra y Bosques Arauco entre otras corporaciones e industrias forestales. Los conflictos por la tierra—después del periodo de ascenso— se extendieron con diversas salidas y soluciones hasta finales de la primera década del siglo XX entre los años 2008 y 2010, aunque algunos de ellos se mantienen latentes. El debilitamiento creciente de la Coordinadora fue ahogando las posibilidades de sostener el movimiento de recuperaciones. Sin embargo, si todas estas características de acción colectiva identifican un papel sobresaliente de la cam, fue su sofisticada interpretación antisistémica sobre la condición de dominación en su pueblo, aunada a radicales formas de conflicto por la tierra, lo que hizo de la Coordinadora un actor insoslayable en el proceso de movilización del pueblo mapuche en las décadas recientes. Los procesos de dominación estatales y de expansión de la acumulación, que hemos descrito previamente, fueron cuestionados por los militantes de la Coordinadora, diseñando entonces una propuesta radical representada en su consigna de “liberación nacional mapuche”.